Qué buena la escena, Nicolás.
El paseo por la foto te lleva siempre de la aparente seriedad y respeto que ofrece el perfil del policía hacia la cara de espanto y asombro del tendero, no sé si abrumado por el atrevimiento y valentía del fotógrafo o enfadado por la invasión de la cámara a su establecimiento.
Felicidades, amigo, una gran fotografía, sin duda.