Esta foto habla por sí sola, Miguel Ángel, del duro trabajo (aunque parezca que no) de estos jóvenes que se ganan el pan, el suyo y el de la familia que dejaron al sur del Sáhara, cargaditos de baratijas (vestidos, gafas, relojes, etc.) por las playas del litoral español y sin dar muestras de decepción. Muchachos como este he visto muchos en Valencia y con algunos de ellos he llegado a hacer "amistad" después de encontrármelos año tras año en mis vacaciones, en su temporada alta de trabajo.
La señal de la correa de la gorra, el sudor en la frente y el contraste con la piel limpia y seca del muchacho de atrás, marcan sin duda lo que digo.
El colorido hace de la imagen una foto fenomenal.
Felicidades, compañero.