Querido Juan, gracias por tus inmerecidas palabras, no quisiera pecar de pedantería y menos contigo, que como arquitecto sé que dominas perfectamente los sistemas de representación y sus engaños reales y aparentes

. Sólo que, con tu permiso, me voy a meter en tu post para exponer mi modesta contribución a este interesante tema, con el que me he encontrado cientos de veces.
Fotografiar arquitectura tiene diversos problemas dentro de los dos enfoques posibles: si trabajamos para nosotros mismos como autores personales no existen muchas limitaciones, pero si reproducimos una obra de arquitectura para un libro o una publicación, estamos muy condicionados por ella, por alguien que la diseñó y por los que la construyeron, podemos adecuar la luz, buscar el sitio, escoger el momento, las focales y muchas cosas más, pero a mi juicio, no estamos "autorizados" a varias cosas, por ejemplo a añadir elementos o a quitarlos, como tampoco a deformarla, a cambiar sus proporciones, si lo hacemos invadimos un terreno que no nos pertenece, no es nuestro porque su autor ya existe.
Tenía un rato y acabo de hacer un pequeño experimento sobre las diversas formas de "poner derechos" los edificios.
Aquí una toma normal, en contrapicado, hacia arriba, como la haríamos desde la calle. Evidentemente las líneas del edificio convergen, fugan hacia lo alto:
Dos posibles soluciones por edición. A la izquierda por transformación libre directa, las fugas han desaparecido pero nos encontramos al edificio totalmente deformado, esas no son sus proporciones reales (...se podría ahora estirar hacia arriba pero ¿cuánto? no lo sabemos ni lo podemos saber). A la derecha filtrando por corrección de lente, un resultado muchísimo mejor pues considera la proporción de la superficie completa de la imagen estirando por arriba pero al mismo tiempo encogiendo por abajo, aunque nos obliga a recortarla, claro.
La solución buena: fotografiar con un objetivo descentrable o con una cámara técnica de banco. Si observáis bien el resultado es muy parecido al de la corrección de lente, casi igual, si no fuera porque al no perder nada por el recorte, tenemos mucha más imagen alrrededor, imagen que puede ser oro puro en espacios pequeños. Esta imagen no tiene los pixeles "estirados" ni "inventados" tiene los que son formados por la óptica y todos buenos de verdad.
Además si usáramos una cámara de banco podemos poner el foco donde nos dé la gana, usando el diafragma que queramos, con una cámara técnica de banco nos podemos reír de las condiciones de la luz, de la hiperfocal y de la profundidad de campo ¡al mismo tiempo!.
Una de esas cámaras de madera, de 18x24, las manejaba un maestro entre los maestros de la fotografía arquitectónica y nos dejó escrito que
“La arquitectura al ser una experiencia sensorial, tiene que ser interpretada a través de un medio sensorial… Nunca he pretendido que mi obra sea arte. El arte es la arquitectura”
Ezra Stoller. Chicago (1915-2004)